Eran días en los que Santiago celebraba uno de los sueños de Benjamín Vicuña Mackenna hecho realidad: la remodelación del Cerro Santa Lucía, y en los que además la sociedad chilena de apenas dos millones de habitantes gozaba de recientes hitos como la creación de la Cancillería y la fundación de la Bolsa de Valparaíso.
Así corría 1872, año en el que un grupo de jóvenes cuya amistad se forjó en las salas de clases se aventuró a crear una nueva compañía de Bomberos en Santiago, hoy conocida como «la Quinta» o «Bomba Arturo Prat», fácilmente reconocible por su característico color verde.
Fue un año más tarde cuando este grupo hizo su ingreso formal al Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS) y este 2023 celebra su cumpleaños número 150, para lo cual el plan es dejar huella tal como se hizo hace más de 100 años cuando aquella compañía trajo a Chile el primer carro bomba automotriz de Latinoamérica.
Se trata de una sorpresa que se está gestando a más de 12 mil kilómetros de distancia de la capital chilena, en la ciudad de Linz, Austria, el país con el mayor número de bomberos per cápita del mundo y que comparte con Chile el voluntariado como corazón de la institución.
Allí se aloja la gigante Rosenbauer, una tradicional empresa austriaca nacida en 1866 y que actualmente ostenta el título de la mayor productora global de carros e indumentaria de Bomberos del mundo -acaparando cerca del 20% del mercado-, la misma que hoy arma el primer carro bomba eléctrico con destino a América Latina, específicamente para «la Quinta» de Santiago.
Con esto, la compañía de verde busca marcar el primer paso de los bomberos del país hacia la electromovilidad, algo que solo un puñado de instituciones alrededor del planeta ha conseguido.
«Nuestra bomba Rosenbauer ya está en el 70-80% de vida nominal, por lo que empezamos a explorar nuevas alternativas, las que fueran un paso más allá en eficiencia, en facilidades para el trabajo y que, además, avanzara en la modernización de infraestructura que nos ha preocupado durante nuestros 150 años de historia», comenta el capitán de la 5a Compañía, Ramón Rodríguez.
«La electromovilidad ya no es una opción». Una frase que se repite entre los muros de la fábrica de Resenbauer, sumergida en la ciudad de Linz, la segunda más grande de Austria detrás de Viena, con unos 300 mil habitantes, rodeada por el río Danubio e imponentes edificios barrocos, muy cerca del límite con Múnich, Alemania.
La entrada del lugar está adornada con carros bomba de juguete, mientras que en los pasillos cruzan sus trabajadores -gran parte voluntarios de Bomberos- vestidos de gris y rojo, y en sus bodegas lucen las decenas de modelos de tamaños real ya listos para entregar, incluido el monstruoso «Panther» que posó frente a las cámaras de una de las películas de «Transformers».
Sin embargo, hoy el mayor orgullo de la firma es su carro eléctrico, logrando hasta la fecha -y desde 2015- construir cerca de 50 de estos modelos que brillan en calles de ciudades como Berlín, Ámsterdam, Los Ángeles y Dubái, y que prepara su arribo a Santiago.
Esto, luego de que hace unos dos años se pusiera sobre la mesa esta opción para conmemorar este especial aniversario de la «Bomba Arturo Pratt», una idea que por cierto fue vista en principio con dudas por los escépticos de siempre, pero que poco a poco fue enamorando a los incrédulos de la electromovilidad dentro del cuartel dadas las particularidades del carro, que van más allá de solamente un motor eléctrico.
Ahora bien, una de las barreras más difíciles para concretar esta aspiración ha sido, por supuesto, la económica.
Es que esta máquina eléctrica tiene un valor de US$1,5 millones -frente a uno US$450 mil que cuesta un carro estándar-, por lo que los funcionarios de «la Quinta» han salido a tocar puertas. Tras algunos portazos, SQM los invitó a pasar y aportó con US$500 mil, mientras el Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS) pondrá US$1 millón y BWM aportará con capacitación en electromovilidad, pero no con recursos directos para adquirir el carro.
Con todo, aún restan unos US$250 mil para gastos relacionados con traer la máquina al país, impuestos y equipamiento interno, para lo cual se está en búsqueda de financiamiento, con conversaciones en desarrollo con empresas como Enel y Copec.