(La información es de El Mostrador)
El 30 de noviembre se cumplió un año desde el lanzamiento inicial de ChatGPT, un modelo de lenguaje de inteligencia artificial (IA) desarrollado por OpenAI. En este tiempo, ChatGPT ha demostrado su capacidad para generar texto, traducir idiomas, escribir diferentes tipos de contenido creativo y responder a preguntas de manera informativa. El desarrollo de ChatGPT representa un hito importante en el campo de la IA; sin embargo, también plantea una serie de desafíos y oportunidades que debemos considerar como comunidad.
El uso de la IA en el día a día puede traer consigo una serie de beneficios. Mayor eficiencia y productividad, ya que se pueden automatizar tareas repetitivas y tediosas, liberando a las personas para concentrarse en actividades más creativas y estratégicas. Permite mejorar los procesos de toma de decisiones en base al análisis de grandes cantidades de datos, pudiendo identificar tendencias. Mejora en las tareas de atención al cliente, proporcionando atención 24/7, lo que puede mejorar la percepción y satisfacción de los clientes, entre otras.
Pero el uso de la IA también plantea una serie de desafíos. El desarrollo de la IA podría exacerbar las desigualdades existentes, ya que las personas con acceso a esta tecnología podrían tener una ventaja competitiva sobre las que no la tienen. Los modelos de IA podrían reflejar los prejuicios y perspectivas de las personas que la crean, lo que podría generar sesgos en los resultados. Otro punto crítico es la automatización, que, aunque aumenta la eficiencia, también plantea la amenaza de desplazar empleos humanos, lo que podría conducir a un aumento del desempleo y el malestar social.
Para capitalizar el avance de la IA, debemos abordar los desafíos que plantea esta tecnología. Para ello, debemos promover el desarrollo de la IA de manera responsable, siendo guiados por principios éticos, como la equidad, la transparencia y la seguridad. Las personas deben estar informadas sobre los beneficios y los riesgos de la IA, para que puedan tomar decisiones informadas sobre su uso. Desarrollar políticas públicas que regulen el uso de la IA, permitiendo proteger a las personas de los riesgos de ella.
El uso responsable de la IA tiene el potencial de mejorar nuestras vidas de muchas maneras. Sin embargo, es importante ser conscientes de los desafíos que plantea esta tecnología y trabajar para abordarlos.
En el caso de Chile, el Gobierno ha tomado algunas medidas para promover el desarrollo de la IA de manera responsable. Por ejemplo, en 2023, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación lanzó la “Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial”, que tiene como objetivo promover el desarrollo de la IA de manera ética y responsable.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Es importante que la sociedad civil, las empresas y el Gobierno trabajen juntos para asegurar que el uso de la IA en Chile sea beneficioso para todos.