(La información es de La Tercera)
Los cicádidos, conocidos en nuestro país como chicharras o cigarras, son insectos que podemos diferenciar particularmente por el canto de los machos, que de adultos emergen del suelo en los meses de noviembre y diciembre, y que escuchamos desde las partes altas de los árboles, encontrándose presentes desde Copiapó a Puerto Montt.
El doctor Claudio Veloso, académico del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, se ha dedicado a estudiar estos insectos, particularmente su presencia en nuestro país, y una de sus más recientes colaboraciones de estudio reveló que se duplicó el número de especies de chicharras en Chile.
“En 2008, caminando por la cordillera, empiezan a aparecerme esto animales y me comienzo a interesar en ellos porque eran extremadamente abundantes, sería interesante trabajarlo, y empiezo a averiguar qué es lo que se sabe de la chicharra en Chile. Sorprendentemente, para ser un animal tan conspicuo, porque se ve muy fácilmente o se escucha muy fácilmente, casi no había información”, cuenta el académico, quien afirma que hasta ese momento solo se conocían unos pocos y existían estudios muy viejos. Uno de ellos era una revisión del grupo de un taxónomo argentino, Belindo Torres, de la década de 1950, en que sistematizaba la información disponible y describía varias especies del género Tettigades de los años 50.
Este trabajo, publicado en la revista del Museo de La Plata, es una revisión del género Tettigade, que estaba en Chile y Argentina, el cual corresponde a “la chicharra grande, la que uno ve en el campo, y que incluso es posible ver en Santiago y otras grandes ciudades. Belindo Torres estudia el género y describe 16 especies para Chile de este género, todas estas especies, por lo demás, endémicas de Chile”, comenta el profesor Veloso.
Descubren 14 nuevas especies de cigarras en Chile duplicando el número conocido de estos insectos en el país
“Años después, en algunos trabajos -o en literatura que es bastante poco clara para mí-, aparece otro género para Chile, Tibicen, asociado a unas chicharras de pequeño tamaño, pero este es un género norteamericano y en la actualidad se encuentra en entredicho”, explica el investigador de la U. de Chile. En ese momento, indica, preguntó a expertos norteamericanos, quienes le aclararon que no se trataba del género que se creía, sino que de un nuevo género para Chile. Fue así que el año 2014 se publicó la existencia de un nuevo género endémico de chicharra para Chile por parte de Allen Sanborn, a la que denominó Chilecicada.}
En esta incertidumbre de no creer que este nuevo género endémico chileno tuviese solo una especie es que Claudio Veloso se unió a un equipo estadounidense de especialistas, con quienes comienza a realizar un trabajo de campo en nuestro país. Esta expedición reveló que este género endémico de los Chilecicada tiene 14 especies propias de nuestro territorio y su distribución se encuentra dentro del rango de distribución del género Tettigade. Además, dado a lo parecidas que son morfológicamente entre sí las especies del género, es posible que se identifiquen aún más que las 14 especies actuales del género.
“A finales de 2021, terminamos describiendo 14 especies de Chilecicada, casi duplicando el número de chicharras que había en Chile. Además, Allen Sanborn describe otro nuevo género para Chile, Citroriginis, que es una chicharra del sur de Chile. Lo interesante de esta chicharra del sur es que los machos de estos insectos por definición cantan, realizan un sonido, pero esta es silente”, explica. De esta forma, agrega, “de un año para otro pasamos de tener 16, 17 especies, a tener más de 30 especies de chicharras”.
Por otra parte, destaca el profesor Veloso, “existen descritos para Chile un par de géneros más, Carineta y Ahomana, ambos en el extremo norte del país”.
En Chile son una plaga de la industria forestal
Claudio Veloso detalla que “dentro de Chile han sido consideradas plaga de la industria forestal y, en este contexto, dentro de Chile han sido descritas como nocivas para la producción de madera, porque ponen huevos en las ramas de los árboles introducidos (pinos, álamos, eucaliptos), generando deformaciones en los árboles. La especie más citada como plaga es Tettigades chilensis. Sin embargo, puede que sean otras especies del género que tienen el mismo rango de distribución las que utilizan vegetación introducida”.