(La información es de Diaio El Día.cl)
Durante la tarde del viernes recién pasado, se llevó a cabo el seminario titulado “Aguas Revueltas: Miradas Sociales, Políticas y Ambientales de las Plantas Desaladoras” en el edificio del Gobierno Regional (GORE) de Coquimbo, instancia organizada por el Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA), ocasión en la que el Senador Daniel Núñez, advirtió que de acuerdo a la información expuesta en la más reciente sesión de la Comisión de Recursos Hídricos del Senado en la comuna de Ovalle, -a la que asistió la Ministra de Obras Públicas (MOP), Jessica López, y la Subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández-, la situación es compleja.
“La Serena, Coquimbo y Ovalle, no tienen garantizada el agua para el consumo humano a el año, -vamos a ser cautelosos-, 2028, si se mantiene la proyección de lluvias que hemos tenido los últimos 20 años y ese es el primer problema que el Estado tiene el deber de enfrentar, antes de la agricultura”, alertó el senador.
Tras estas declaraciones, el Senador Núñez dijo al diario El Día que “equipos tanto de la Delegación Presidencial Regional (…) como la información que entregó ayer la Ministra de Jessica López indican que si se mantiene el comportamiento de lluvias que hemos tenido en los últimos 20 años, hacia el año 2028 o 2029 no tendríamos la certeza de las fuentes de aguas (…) es un dato que está bastante corroborado y obliga a que el Gobierno tome decisiones ahora, para hacer frente a esta situación, por eso, valoro mucho el anuncio que hizo la Ministra del MOP, respecto a que el segundo semestre del 2024 licitarían un proyecto público para la construcción de una planta desaladora, de manera que su construcción y funcionamiento, ya esté habilitada para el año 2028-2029”.
Ahondando en esto Núñez sostuvo que “hay una variable objetiva que tiene que ver con el cambio climático, lo que hace que tengamos que reestructurar el funcionamiento del mundo de la agricultura para esta nueva realidad, por lo que creo que tenemos que avanzar en privilegiar la explotación de las especies más resistentes a la escasez hídrica y desterrar cultivos altamente consumidores de agua, -como los paltos-, también hay que hacer una política del uso sustentable del agua, (…) lo que es una línea importante de inversión, junto con otras medidas como los embalses de pequeña escala y el uso sustentable de las aguas subterraneas que aún existen”.
OTRAS ALTERNATIVAS
Con respecto a esto, el Consejero Regional por el Elqui, Javier Vega, -quien también asistió al evento-, señaló que “hoy no tenemos asegurado el agua para el consumo humano para los próximos años, así que tenemos que buscar alternativas, porque ya tenemos problemas con los regantes de la región, los APR, ya que los pozos en los sectores más altos se están secando, y aunque hasta el día de hoy ningún Gobierno ha podido dar respuesta, se ha avanzado en algunas de las posibilidades, como la construcción de plantas desaladoras, la reutilización de aguas grises, la recuperación de los emisarios que se vierten al mar y la recuperación de acuíferos a través de la inyección de aguas”.
Por su parte, el Diputado y Presidente de la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara de Diputados, Víctor Pino se refirió a esta situación y al anuncio ministerial, manifestando que “aunque fue positivo, aún no tenemos nada concreto y lo más importante es tener las soluciones en el corto plazo, de las que no se habló prácticamente nada, luego que pase el verano, deberemos enfrentar la realidad y es que lamentablemente no nos queda agua para el resto del año”.
En relación a esto, la Diputada por la Región de Coquimbo, Carolina Tello aseguró que “algunas estimaciones efectivamente mencionan que para el 2028 nos enfrentaríamos a un escenario catastrófico. Es por esto, que el anuncio de la Ministra de Obras Públicas sobre la licitación de la construcción de una planta desaladora para el segundo semestre de este año, es una noticia importante”.
ACTIVIDAD INSOSTENIBLE
Por otra parte, el Director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena (ULS), Pablo Álvarez, explicó que “aunque la crisis es compleja, en esta temporada el consumo humano está asegurado, pero en la zona rural habrán dificultades”.
Pese a esto, Álvarez reconoció que “el tener un segundo año (invierno 2024) con medias de precipitación muy por debajo de lo normal, nos deja con una condición de crisis enorme, porque a diferencia del 2022-2023 nos encontraría con los embalses a niveles mínimos, con excepción del Embalse Corrales, y si se sostiene esto durante el 2024 y el 2025, la actividad agrícola no podría sustentarse”.
“Las soluciones son conocidas desde hace años, pero la discusión se ha centrado en cuándo y cómo se hace, además de quién lo paga, por lo que la desaladora y otros mecanismos, nos encuentran en una situación compleja y aunque felicito que se haga, -y ojalá se hiciera antes y más de una-, el Estado llega tarde, porque el problema es mucho más grande, además los niveles de producción de agua de las desaladoras son relativamente pequeños en comparación a la demanda agrícola, así que no se sustenta un sistema productivo como los que tenemos hoy”, remató el experto.