(La información es de Emol)
«Hay 22 moáis que están en estado más grave y requieren una intervención pronta para evitar que se nos deterioren mucho más y que se pierdan», sostuvo la conservadora y arqueóloga Daniela Meza al referirse al diagnóstico que, por encargo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), encabezó para evaluar los impactos del incendio forestal que en octubre pasado tuvo lugar en la cantera del volcán Rano Raraku, Isla de Pascua.
La prospección estableció que el fuego, que abarcó el interior del cráter y parte de la ladera exterior del volcán, afectó a 358 estructuras arqueológicas, de las cuales 222 corresponden a moáis.
De ellas, el 83% sufrió cambio de color y el 75% tenía hollín adherido en su superficie, mientras que en una escala que va de entre 1 a 4, el nivel de daños por esta causa llegó a 2,5. El 70%, además, presentaba su superficie alterada por un fenómeno denominado «deplacamiento».