(La información es de La Patilla.com)
Sin embargo, esos robots no resuelven en absoluto la situación que enfrenta el importante número de personas mayores que sufre de alguna forma de Demencia.
Uno de los principales retos allí reside en conocer y entender mejor como ayudar a aquellos que sufren de la demencia. Para ello, se está trabajando en ambos lados del océano Atlántico, en lo que se denominan robots sociales. Estos operan para recoger información y entender mejor la demencia senil y también para proveer soluciones de robótica muy particulares para dicho grupo. Es un campo muy importante, por cuanto no solamente está en aumento la proporción de personas mayores en la población, sino que también ocurre lo mismo con los que viven con la condición de demencia.
Estos robots sociales no son bots cuidadores, ni tienen la forma de focas con miradas de cachorros cariñosos; se trata más bien de una nueva generación de especialistas en robótica (los cuales denominaremos robotistas), inventando robots que son creaciones radiantes, en ocasiones de forma muy particular, y los cuales hablan y están orientados a las personas mayores con alguna condición de Demencia Senil. Precisamente, uno de las necesidades más importantes es entender las nuevas relaciones que se forman entre las máquinas y dicho tipo de personas.
Demencia senil
Existen diferentes variedades, como Alzheimer, la cual es una demencia frontotemporal o la enfermedad de cuerpos de Lewy y todas son dinámicas, cambiantes en el tiempo. Algunas personas no tienen problemas de memoria, pero si dificultades con las palabras; otras toman decisiones extrañas. Muchos dicen que cambia su percepción del tiempo o sus sentidos se vuelven más agudos. Algunos se irritan, otros son más calmados y otros pierden todos los filtros y dicen aquello que estén pensando. La demencia no erosiona la individualidad, la afina y la retuerce y además agrega capas de nuevos hábitos y caprichos. Asimismo, la demencia nunca es igual en cualesquiera dos personas.
Las predicciones sobre demencia pueden ser desalentadoras. Cada día, mas familiares, amigos y seres queridos, vivirán con demencia. Los fabricantes de robots han revelado que el cuidado y la demencia no necesariamente tienen que ser dominios miserables de pañales de adultos, de deterioro y de declive y desesperanza.
Ayudar a familiares con demencia seguramente será el trabajo más duro que muchas personas tendrán que asumir en su vida, se falla una y otra vez tratando de anticipar sus necesidades, dejando de ver lo que ha cambiado y aquello que no ha cambiado. Es agonizante, pero también puede ser bello, gratificante y hasta divertido. Todavía no ha aparecido el nuevo amiguito que resolverá la vida de los familiares. Sin embargo, hay optimismo que personas con demencia y sus cuidadores no estarán solos a futuro.
Los robotistas sociales
Para la demencia senil, en cualquier forma, no existe todavía tratamiento efectivo. Lo mejor que se puede y debe hacer es mantener a las personas física, intelectual y socialmente involucradas cada día del resto de sus vidas. Proveer cuidado no es solo preocuparse por el cuerpo, también implica cuidar el espíritu. Para lograr que puedan vivir el tiempo restante con alegría y sentido han aparecido varios fabricantes-de-robots. No se trata de la construcción de máquinas que ayuden a una persona mayor a ponerse un pantalón o que monitoreen su comportamiento para “corregir” sus errores.
Estos robotistas están entrenados en antropología, psicología, diseño o otros campos centrados en lo humano. Dos ejemplos importantes son Selma Šabanovi?, quién desde la Universidad de Indiana está desarrollando un robot para traer más significado y sentido a la vida de la persona y Rens Brankaert (Universidad de Tecnología de Eindhoven), quién está creando tecnología cálida para realzar la conexión humana.
Estos científicos e ingenieros están inventando algo más importante; una nueva actitud hacia la demencia. Ellos miran de frente a esta experiencia humana y ven oportunidades creativas, nuevas formas de conectar, nuevas formas de diversión. Tecnologías nuevas como ChatGPT, pueden facilitar mucho la comunicación, haciendo esta incluso mucho más divertida.
Robots sociales
Para las personas con demencia cualquier cosa que se aplique debe ser intuitiva, no se puede presumir que se requiera una persona que tenga que explicarle a la persona mayor como usar un dispositivo. El dispositivo debe ser flexible y personalizable y también asequible, ya que muchos de aquellos que tienen demencia viven con ingresos fijos.
Idealmente, se debería poder crear una máquina que reconozca cuando una persona mayor tiene un mal día, lo cual posiblemente se detecte con el análisis realizado de sus patrones de habla y entonces le diga que descanse, o quizás que escuche música. Cuando, debido a la demencia, lo escucha gritar en su sueño le habla suavemente y le dice que no se preocupe que todo está bien.
El superpoder de los robots sociales, no es ni fuerza, ni poder, ni precisión es la buena vibra. Ellos se conectan con la psiquis, se meten dentro de la piel. A diferencia de otros dispositivos, los robots sociales estremecen los instintos. Los distingue el hecho que tienen un cuerpo, se mueven, demuestran que prestan atención, provocan y activan al otro. La experiencia observada indica que los humanos les responden a los robots como si fueran entes vivos: los niños aprenden más de un robot que de una pantalla, los adultos confían más fácilmente en robots que en computadoras y hasta los perros obedecen sus comandos.
Para crear tecnología interactiva exitosa, se necesita un entendimiento operacional de lo humano: identificar aquello que no es suficiente, lo qué es excesivo y los factores que le dan forma a este juicio. Si se calibra correctamente esto, entonces el robot es simpático, útil o impresionante, Si se hace mal, entonces el robot es una desgracia. Los fabricantes de robots sociales no están preocupados por lo que le falta a las personas con demencia, ellos buscan lo que perdura y apuntan directamente allí.