(La información es de Qué Ver.news)
El viernes 22 de diciembre llegó a Netflix la película Rebel Moon (Parte uno): La niña del fuego y rápidamente se ha convertido en la cinta más vista de la plataforma de streaming.
La cinta dirigida por Zack Snyder ha logrado un espectacular éxito desde su estreno, convirtiéndose en tendencia y escalando posiciones hasta ubicarse en lo más alto del top 10 de Netflix en gran cantidad de países.
«Cuando los crueles ejércitos del Mundomadre amenazan un poblado pacífico de una luna remota, una misteriosa forastera se convierte en su mejor baza para sobrevivir», indica la sinopsis del filme que triunfa en Netflix.
Si te gustó Rebel Moon y te quedaste con ganas de más, a continuación repasamos algunas curiosidades que seguramente no conocías sobre la película del momento:
1) Iba a ser una película de Star Wars
Zack Snyder concibió Rebel Moon inicialmente como una película de Star Wars y se la propuso a Lucasfilm poco después de que Disney la comprara en 2012, pero el proyecto nunca despegó.
2) Las películas que inspiraron a Snyder
La historia de Rebel Moon está muy influenciada por Los siete samuráis (1954) de Akira Kurosawa, que es la película favorita de Zack Snyder. La guerra de las galaxias (1977) también estuvo influenciada por una película de Kurosawa: La fortaleza escondida (1958). Además de Star Wars y Los siete samuráis, la película también toma prestados elementos de Warhammer 40.000, sobre todo el uso de nombres latinos para instituciones imperiales/reales, el diseño de armas y vehículos y los elementos cuasi religiosos.
3) La secuela de 300 que no fue
Antes de dejar Warner Bros. por Netflix, Zack Snyder estaba desarrollando una secuela de 300 (2006) titulada «Blood and Ashes» que cubría las campañas militares y la supuesta relación homoerótica de Alejandro Magno y su segundo al mando, el general Hefestión, pero el proyecto nunca se concretó.
Los derechos del guion finalmente volvieron a ser de Snyder, quien incorporó elementos de esa secuela fallida a Rebel Moon. «Escribí esta escena en la que Alexander tiene que montar a Bucéfalo, o más bien domar a Bucéfalo, el caballo que tuvo durante casi toda su carrera. Y estoy un poco obsesionado con eso… Así que cuando entré en la escena de Tarak, pensé ‘debería romper este animal negro’. Él lo monta y, a través de eso, vemos su poder y su fuerza».