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La inteligencia artificial se abre camino a pasos de gigante. La compañía OpenAI (creadora del popular ChatGPT) ha estado investigando y desarrollando modelos de aprendizaje automático y robótica que permiten a los robots realizar tareas “humanas” en distintos entornos.
En concreto, OpenAI se ha aliado con la empresa noruega 1X, con la que ha logrado importantes avances en robots humanoides. Estas máquinas, impulsadas por redes neuronales y entrenadas para realizar tareas de manera autónoma, representan un nuevo paso hacia la creación de trabajadores humanoides en el ámbito industrial.
Los humanoides de 1X, como Eve y Neo, están diseñados para realizar tareas básicas en almacenes y fábricas, como recoger objetos, colocarlos en contenedores o abrir puertas. Y aunque su apariencia puede ser rudimentaria en comparación con otros proyectos, su capacidad para completar tareas es poco menos que asombrosa.
“La misión de 1X es proporcionar abundante mano de obra física a través de androides seguros e inteligentes. Nuestros entornos están pensados para los humanos, por lo que diseñamos nuestro hardware inspirándonos en la forma humana para conseguir la máxima generalidad”, explican los responsables de estas novedosas máquinas.
Estos robots, que han aprendido “de principio a fin a partir de datos”, utilizan redes neuronales para aprender y ejecutar acciones, lo que les permite adaptarse a diferentes entornos y realizar por sí mismos una variedad de tareas.
Pese a su aspecto “humano”, Eve ni siquiera tiene pies ni manos, sino que se desplaza sobre un par de ruedas motorizadas y se equilibra sobre una tercera rueda giratoria en la parte trasera, mientras que un par de garras básicas hacen las veces de manos, tal como se aprecia en el vídeo de 1X.
También llama la atención de estos autómatas su indumentaria blanquinegra y un rostro sonriente de luces LED mientras se desenvuelven en su trabajo. Pero, sobre todo, su sorprendente capacidad para aprender y adaptarse rápidamente.
De hecho, tal como señalan los responsables de 1X, estos humanoides pueden ser desplegados en almacenes y fábricas para realizar una variedad de tareas, desde la recolección de objetos hasta la apertura de puertas (por ahora en suelo llano). De momento, la gran mayoría de estos primeros modelos solo llevan a cabo tareas de recoger algo y colocarlo en otro lugar o enchufarse ellos mismos para recargar su batería.
El proceso de ‘aprendizaje’ ha sido simple. En primer lugar, la empresa ha entrenado a 30 robots Eve en una serie de tareas individuales cada uno, a priori mediante aprendizaje por imitación a través de vídeo y telecontrol. Después, han empleado estos comportamientos aprendidos para entrenar un “modelo base” capaz de llevar a cabo varias acciones y comportamientos.
Luego, dicho modelo se ha ajustado a las necesidades específicas del entorno -tareas de almacén, manipulación general de puertas, etc.-. Y finalmente los robots se han incorporado en los trabajos específicos que tenían que hacer.
Presumiblemente, este último paso sería el que se aplicaría in situ en las instalaciones de los clientes cuando se asignen las tareas diarias a los robots. En este sentido, 1X ha asegurado que “solo lleva unos minutos de recopilación de datos y entrenamiento en una GPU de sobremesa”.
De aplicarse definitivamente, esto significaría que alguien se pondría un casco de realidad virtual y haría el trabajo durante un rato, para que luego el software de aprendizaje combine esa tarea con las habilidades clave del robot. De modo que estaría preparado para ejecutarla miles de veces en simulación y probar varios factores aleatorios y resultados. Luego, los robots estarían listos para funcionar.
“A lo largo del último año”, relata en un blog Eric Jang, Vicepresidente de Inteligencia Artificial de 1X, “hemos creado un motor de datos para resolver tareas de manipulación móvil de propósito general de una forma totalmente integral. Nos hemos convencido de que funciona, así que ahora estamos contratando científicos de inteligencia artificial en la zona de la bahía de San Francisco (EE UU) para ampliarlo a 10 veces más robots y teleoperadores”.
Con estos avances, los humanoides de 1X representan un logro significativo para la robótica de carácter general. Aunque puedan parecer menos avanzados que otros proyectos de la competencia, su capacidad para aprender y adaptar allana el camino para que se puedan incluir en una variedad de aplicaciones industriales.
Desde su fundación en 2015 por Elon Musk, Sam Altman y otros líderes del campo de la tecnología y la IA, la compañía OpenAI ha evolucionado notablemente en el trabajo autónomo de los robots; desde el aprendizaje por refuerzo o la visión por computadora hasta la navegación autónoma o la interacción humano-robot.
A largo plazo, y teniendo en cuenta la destreza de estas máquinas para realizar tareas de forma independiente, estos humanoides tendrían el potencial de transformar la forma en que trabajamos y vivimos.